24 de Marzo Día Nacional de la Memoria

“Siempre nos tenemos que informar sobre lo que paso, para no olvidar nuestra historia 
y no permitir que se vuelva a repetir, es el derecho y la obligación de todos”

24 de Marzo Dia Nacional de la Memoria

Ley 26085 Honorable Congreso de la Nacion Argentina, 15-mar-2006, publicada en el Boletín Oficial del 21-mar-2006 Número: 30870.

24 Marzo

FERIADOS NACIONALES DIA NACIONAL DE LA MEMORIA POR LA VERDAD Y LA JUSTICIA

Resumen: Incorporase el dia 24 de marzo “Día Nacional de la Memoria por la verdad y la justicia”, entre los feriados nacionales previstos  por la ley nro. 21.329 y sus modificatorias.Golpes de Estado en Argentina (anteriores a 1976): entre 1930 y 1983 Argentina vivió un largo período marcado fundamentalmente por 6 golpes de Estado (1930, 1943, 1955, 1962, 1966 y 1976) con pequeños períodos de democracias débiles. Esos golpes fueron producidos por las Fuerzas Armadas, en muchos casos, con apoyo de civiles. Impusieron gobiernos de facto que interrumpieron la vida constitucional del país, con el objetivo de “poner orden”. 1) 1930 (- 1943)

José Félix Uriburu (1930-1932) encabezó el primer golpe militar de nuestra historia. Derrocó al presidente Yrigoyen. Este golpe inauguró la década infame, una época marcada por la corrupción y el fraude electoral. Agustín P. Justo (1932-1938) firmó el pacto Roca Runciman, con desventajas comerciales para el país. Roberto M. Ortiz (1938-1942) triunfó en elecciones fraudulentas. Impulsó tímidas medidas democráticas. Renunció al cargo por enfermedad. Ramón Castillo (1942-1943), vicepresidente de Ortiz, lo sucedió tras su retiro. Retomó la tradición del fraude y fue depuesto por el general Rawson. 2) 1943 (-1946)

Pedro P. Ramírez (1943-1944) asumió tras el golpe del 4 de junio de 1943.

Edelmiro J. Farrell (1944-1946) reemplazó al general Ramírez y puso a Perón al frente de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social.

Democracia: 1946-1955 Juan Domingo Perón (1946-1955) fue elegido dos veces con gran apoyo popular. Inauguró una época marcada por la política social y el desarrollo económico. 3) 1955 (-1958)

Eduardo Lonardi (1955) lideró el golpe contra Perón, la Revolución Libertadora. Aviones de la Marina bombardearon Plaza de Mayo. La Iglesia apoyó a las fuerzas rebeldes. Perón renunció y se exilió en Paraguay. Lonardi fue destituido por Eugenio Aramburu (1955-1958), quien anuló la Constitución de 1949 y reestableció la de 1853. En 1958 convocó a elecciones.

Democracia: 1958-1962 Arturo Frondizi (1958-1962) triunfó en las elecciones tras hacer un pacto con Perón. Fue centro de numerosos planteos militares. 4) 1962 (-1963)

José maria Guido impuso un golpe y sostuvo un gobierno civil de facto. Frondizi fue confinado en la Isla Martín García.

Democracia 1963-1966 Arturo U. Illia (1963-1966) triunfó con el 22 % de los votos. El peronismo, proscripto, apoyó la abstención y el voto en blanco. Illia gobernó bajo presión sindical. Fue un gobernante honesto, pero su escaso respaldo popular le jugó en contra. El Ejército se dividió entre azules y colorados. Los “azules” impusieron al general Juan C. Onganía como comandante en jefe.

Juan Carlos Onganía (1966-1970) derrocó a Illia e instauró un régimen autoritario, marcado por la censura.

Roberto M. Levingston (1970-1971) inició una tímida apertura política pero rápidamente fue depuesto. Alejandro A. Lanusse (1971-1973) llamó a superar los “errores del pasado” en un Gran Acuerdo Nacional. Intentó un acercamiento con Perón que fracasó y convocó a elecciones. Democracia: 1973-1976 Héctor J. Cámpora (1973) triunfó con el lema “Cámpora al gobierno. Perón al poder”. Renunció y convocó a elecciones.

Raúl Lastiri (1973) fue presidente entre julio y octubre.  Juan D. Perón (1973-1974) regresó y marcó su llegada con la masacre de Ezeiza. Murió en medio de huelgas y acciones violentas. María Estela Martínez de Perón (1974-1976) asumió la presidencia, tras la muerte de Perón. En 1975 el “Rodrigazo” marcó un ajuste económico que disparó la inflación. La presidente fue depuesta por una Junta Militar el 24 de marzo de 1976. Pedro P. Ramírez Eduardo Lonardi Juan Carlos Onganía Alejandro Lanusse

La dictadura militar en Argentina 24 de marzo de 1976 – 10 de diciembre de 1983 El 24 de marzo de 1976 ocurrió lo que muchos esperaban: Isabel Perón fue detenida y trasladada a Neuquén. La Junta de Comandantes asumió el poder, integrada por el Teniente Gral. Jorge Rafael Videla, el Almirante Eduardo Emilio Massera y el Brigadier Gral. Orlando R. Agosti. Designó como presidente de facto a Jorge Rafael Videla. Dispuso que la Armada, el Ejército y la Fuerza Aérea compondrían el futuro gobierno con igual participación. Comenzó el audodenominado “Proceso de Reorganización Nacional”. José Martínez de Hoz fue designado ministro de Economía y, el 2 de abril, anunció su plan para contener la inflación, detener la especulación y estimular las inversiones extranjeras. La gestión de Martínez de Hoz, en el contexto de la dictadura en que se desenvolvió, fue totalmente coherente con los objetivos que los militares se propusieron. Durante este período, la deuda empresaria y las deudas externas pública y privada se duplicaron. La deuda privada pronto se estatizó, cercenando aún más la capacidad de regulación estatal. Con ese clima económico, la Junta Militar impuso el terrorismo de Estado que, fuera de enfrentar las acciones guerrilleras, desarrolló un proyecto planificado, dirigido a destruir toda forma de participación popular. El régimen militar puso en marcha una represión implacable sobre todas las fuerzas democráticas: políticas, sociales y sindicales, con el objetivo de someter a la población mediante el terror de Estado para instaurar terror en la población y así imponer el “orden”, sin ninguna voz disidente. Se inauguró el proceso autoritario más sangriento que registra la historia de nuestro país. Estudiantes, sindicalistas, intelectuales, profesionales y otros fueron secuestrados, asesinados y “desaparecieron”. Mientras tanto, mucha gente se exilió.

Algunas acciones del nuevo gobierno: Suspende la actividad política Suspende los derechos de los trabajadores. Interviene los sindicatos. Prohíbe las huelgas. Disuelve el Congreso. Disuelve los partidos políticos. Destituye la Corte Suprema de Justicia. Interviene la CGT. Interviene la Confederación General Económica (CGE). Suspende la vigencia del Estatuto del Docente. Clausura locales nocturnos. Ordena el corte de pelo para los hombres. Quema miles de libros y revistas considerados peligrosos. Censura los medios de comunicación. Se apodera de numerosos organismos.

La censura Comunicado N° 19, 24/03/76 Se comunica a la población que la Junta de Comandantes Generales ha resuelto que sea reprimido con la pena de reclusión por tiempo indeterminado el que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare comunicados o imágenes provenientes o atribuidas a asociaciones ilícitas o personas o grupos notoriamente dedicados a actividades subversivas o al terrorismo. Será reprimido con reclusión de hasta diez años, el que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare noticias, comunicados o imágenes, con el propósito de perturbar, perjudicar o desprestigiar las actividades de las Fuerzas Armadas, de Seguridad o Policiales. (Diario “La Prensa”, 24 de marzo de 1976).

Los “subversivos” El término “subversión” englobaba a las organizaciones guerrilleras -prácticamente ya extinguidas en marzo de 1976- pero también a los activistas o simpatizantes de cualquier movimiento de protesta o crítica social: obreros, universitarios, comerciantes, profesionales, intelectuales, sacerdotes, empresarios y más… No hubo “errores” ni “excesos”, sino un plan deliberado. (Historia Visual de la Argentina contemporánea, Clarín, El “Proceso” Militar).

La guerra sucia La “desaparición” fue la fórmula más siniestra de la “guerra sucia”: el “objetivo” era secuestrado (“chupado”) por un comando paramilitar (“grupo de tareas” o “patota”) donde, convertido en un número y sin ninguna garantía legal, quedaba a merced de sus captores. La desaparición de personas fue un programa de acción, planificada con anticipación, estableciéndose los métodos por los cuales llevarlo a la práctica: arrojando a los “desaparecidos” al Río de la Plata (previa aplicación de sedantes) desde aviones o helicópteros militares y en fosas comunes; fusilamientos y ocultamiento de cadáveres, sin ningún tipo de identificación.

La represión ilegal La dictadura de 1976 completó y profundizó el esquema de persecución y exterminio que comenzara sistemáticamente con la Triple A, liderada por Lopez Rega. Distribución de desaparecidos según profesión u ocupación:

Obreros (30,0%), Estudiantes (21,0%), Empleados  (17,8%) Profesionales  (10,7%), Docentes (5,7%), Conscriptos y personal subalterno de las Fuerzas de Seguridad (2,5%), Amas de casa  (3,8%), Autónomos y varios (5,0%), Periodistas (1,6%), Actores y artistas (1,3%), Religiosos (0,3%) (Informe de la Conadep, Nunca Mas, Eudeba, 1984)

La tortura Todos estaban incluidos en la categoría de “enemigos de la nación”. La metodología implementada consistió en la desaparición de personas, las cuales en realidad eran llevadas a centros clandestinos de detención, operados por las FFAA., donde se los sometía a interrogatorios basados en tormentos físicos.

Los campos de detención Se levantaron centros clandestinos de detención y torturas. En estos laboratorios del horror se detenía, se torturaba y se asesinaba a personas. Se encontraban en el propio centro de las ciudades del país, con nombres tristemente famosos, como la ESMA, el Vesubio, El Garage Olimpo, El Pozo de Banfield o La Perla. Existieron 340 distribuidos por todo el territorio. Locales civiles, dependencias policiales o de las propias fuerzas armadas fueron acondicionados para funcionar como centros clandestinos. Estas cárceles clandestinas tenían una estructura similar: una zona dedicada a los interrogatorios y tortura, y otra, donde permanecían los secuestrados. Ser secuestrado o “chupado”, según la jerga represora, significaba ser fusilado o ser arrojado al río desde un avión o helicóptero.

Los desaparecidos Debido a la naturaleza, una desaparición encubre la identidad de su autor. Si no hay preso, ni cadáver, ni víctima, entonces nadie presumiblemente es acusado de nada. (Amnistía Internacional, en su informe sobre la desaparición de personas por motivos políticos). Hubo miles de desaparecidos: la Conadep constató más de 9.000 casos. Los organismos de derechos humanos hablan de más de 30.000.

Apropiación de chicos Además del secuestro de adultos, hubo un plan sistemático de apropiación de niños. Los niños robados o que las madres parían en los centros de detención fueron inscriptos como hijos propios por muchos miembros de la represión, vendidos o abandonados en institutos. Durante la dictadura, los militares consideraban que los hijos de los desaparecidos debían perder su identidad. Por eso los hacían desaparecer y los entregaban a familias de militares. Ellos pensaban que la subversión era casi hereditaria o que se trasmitía a través del vínculo familiar. De la misma forma que a los hijos de desaparecidos se intentó quitarles su familia, a la sociedad en general se intentó quitarle esos antecedentes que, como los padres de esos chicos, eran considerados subversivos. (Diario “Página 12″, 10 de diciembre de 1995)

La noche de los lápices (16/9/76) La operación conocida como la “Noche de los lápices”, que se desarrolló entre agosto y octubre de 1976, implicó el secuestro y desaparición de estudiantes secundarios de la ciudad de La Plata, que habían luchado en defensa de un boleto estudiantil.

Madres de Plaza de Mayo El grupo Madres de Plaza de Mayo nació en 1977, integrado precisamente por madres de desaparecidos, cuya lista engrosaron también algunas de sus fundadoras. Se convirtieron en el más activo sector de oposición al gobierno.

Desindustrialización La pequeña y mediana empresa fue sacrificada en el altar de la eficiencia, iniciándose un proceso de acelerada desindustralizacion, ante la imposibilidad de competir con productos provenientes del exterior. La aplicación de las recetas neoliberales no resolvió, sino que profundizó los problemas económicos.

Especulación A comienzos de 1977, el ministro de Economía, José Martínez de Hoz, inició un experimento monetario, denominado “la tablita”. Fue un sistema de devaluaciones preanunciadas que, sumado a la “ley de entidades financieras” de junio de ese año (que liberó el mercado de dinero y dio garantía estatal a los depósitos a plazo fijo), dio comienzo a la especulación o “bicicleta financiera”.

La plata dulce La dictadura implementó un plan basado en el liberalismo monetario, que era apoyado por bancos extranjeros y organismos internacionales. El funcionario encargado de cumplir el plan económico de los militares fue José Alfredo Martínez de Hoz. Puso fin al Estado intervencionista, a la protección del mercado interno y al subsidio a empresas. Se congelaron los sueldos. Dejó actuar al mercado libremente. Los resultados finales fueron desastrosos. Hubo un gran endeudamiento externo, las industrias quebraron y, al finalizar la dictadura, se desató la inflación.

El conflicto del Beagle Las cuestiones limítrofes entre la Argentina y Chile estuvieron condicionadas por las circunstancias políticas imperantes en cada país. Bajo regímenes dictatoriales en ambas naciones, las diferencias fronterizas estuvieron a punto de derivar en una guerra abierta. En 1978, luego de que la Argentina rechazó el fallo arbitral británico, el conflicto por el Beagle alcanzó su punto más álgido. El 8 de enero de 1979, la Argentina y Chile firmaron el Acta de Montevideo, que sometía el entredicho a la mediación del Papa. Finalmente, la propuesta papal, conocida a través del cardenal Antonio Samoré, se dio a conocer el 12 de diciembre de 1980 y fue aceptada por la Argentina en 1984 después de una consulta popular no vinculante, en la que el “sí” al acuerdo se impuso por un amplio margen de votos. (Historia Visual de la Argentina contemporánea, Clarín, La Política Exterior)

El Mundial ’78 El triunfo final de la selección argentina en el Mundial de Fútbol ha supuesto que la Junta Militar que dirige el Gral. Videla haya cubierto con creces los objetivos que se propuso al emprender la organización del campeonato. Durante 25 días, los problemas del país argentino han pasado a un segundo plano y el título mundial conseguido por su selección los mantendrá oculto por más tiempo aún. (Diario “El País”, junio de 1978)

1982: La guerra de las Malvinas En medio de la crisis política, económica y social del régimen militar, sorpresivamente el 2 de abril de 1982, tropas argentinas recuperaron las islas Malvinas. Tras frustrados intentos diplomáticos, la fuerza de tareas británica llegó al Atlántico sur y comenzaron las hostilidades. Con hitos como el hundimiento del crucero “General Belgrano” -que produjo 322 muertos- y del destructor británico “Sheffield”, la guerra concluyó el 14 de junio, con la rendición argentina. La derrota marcó el derrumbe político del régimen. El regreso de los soldados arrojó luz sobre las sospechas de lo que habían padecido, sin los pertrechos y el entrenamiento suficientes para enfrentar a los británicos. Para defender las islas del ataque de ingleses bien entrenados y equipados, la junta militar procedió a reclutar jóvenes argentinos, sin instrucción militar, la mayoría de los cuales provenía de provincias pobres del interior del país. La derrota catastrófica de Malvinas y el conocimiento de la muerte de centenares de jóvenes argentinos (más de 600), deterioraron el frente militar, pero sobre todo, la reputación del ejército, al cual se consideró como mayor responsable del desastre.

Después de la dictadura

El Juicio a las Juntas, el triunfo del radicalismo en las elecciones y el éxito inicial del Plan Austral marcan el principio de la democracia. Pero pronto llegarían las huelgas y los problemas económicos.

Retorno a la democracia Tras siete años de gobierno militar, el 10 de diciembre de 1983 Raúl Alfonsín asumió como presidente constitucional de la Argentina. Había ganado las elecciones del 30 de octubre con el 52 % de los votos. Pocos festejos fueron tan emotivos como el de la recuperación de la democracia, en la Plaza de Mayo. El destape La recuperación de la democracia en 1983 y su correlato televisivo, el “destape” (el furor por hablar “de todo” sin tapujos), provocó fenómenos efímeros pero de alto impacto (la memorable publicidad ¡Qué bien se te ve!) y nuevos géneros, como el periodismo humorístico (“Semanario insólito”, “La noticia rebelde”), la línea testimonial (“Compromiso”, “24 horas”, “Nosotros y los miedos”, “Situación límite”, “Yo fui testigo”) o los programas para adolescentes (“Pelito”, “Clave de sol”, “Socorro quinto año”). Memoria Contexto Educativo – Revista Digital de Educación y Nuevas Tecnologías La memoria en la enseñanza de la Historia y las Ciencias Sociales. Por: María Teresa Rojas F. y Liliam Almeyda H. (N° 11, septiembre de 2000). La Conadep Investiga la desapariciones de la última dictadura. (Ver página en enlaces) Nunca Más Así se llama el informe sobre desaparecidos de la Conadep. Ernesto Sabato se lo entregó a Alfonsín en 1987. Reúne más de 9 mil denuncias por desapariciones, torturas y asesinatos. El Plan Austral En 1985 la nueva moneda, el Austral, le dio el nombre al plan de estabilización de Juan Sourrouille, el segundo ministro de Economía de Raúl Alfonsín. Este programa significó un cambio del gradualismo por una política de shock. Juicio a las Juntas Tras 9 meses de juicio oral, la Cámara Federal condenó a prisión perpetua a Jorge Videla y Emilio Massera; a 17 años de reclusión a Roberto Viola, a 8 a Armando Lambruschini y a 4 a Orlando Agosti, ex comandantes de las Fuerzas Armadas, a quienes encontró culpables de asesinatos, desapariciones, torturas y otras graves violaciones de derechos humanos. (Diario “Clarín”, 11 de diciembre de 1985) Punto Final, 1985 Límite temporal de dos meses a las citaciones judiciales, pasado el cual ya no habría otras nuevas. Obediencia Debida, 1987 Exculpó masivamente a los subordinados. Indulto, 1990 Se indultó a quienes habían sido condenados, incluyendo a los miembros de las Juntas Militares, a los jefes montoneros y a los militares carapintadas. Resumen del 24 de Marzo de 1976

Sucesos de la Dictadura Un 24 de marzo de 1976, con el objetivo de salvar a la Nación, los militares comenzaron lo que ellos mismos denominaron “Proceso de Reorganización Nacional”. De esta manera la Junta Militar dirigida por el comandante en jefe del Ejército, Jorge Rafael Videla acompañado por el almirante Emilio Eduardo Masera y el brigadier Orlando Ramón Agosti tomó el poder, disolvió el Congreso, impuso la ley marcial y gobernó por decreto. Los integrantes de esta Junta fueron tristemente célebres por la violación sistemática de los derechos humanos.  Durante los primeros meses posteriores al golpe militar se mantuvo la actividad de algunos grupos de izquierda, los cuales se vieron aplacadas después de que el gobierno de Videla lanzara su propia campaña contra los opositores políticos. Por ello, prohibió la actividad de todas las asociaciones, partidos políticos y entidades gremiales, y asumió la totalidad del poder, sin plazos preestablecidos. El general Videla presidió el gobierno desde el inicio del golpe en 1976 hasta el 29 de marzo de1981, día en que lo sucedió el general Roberto Viola. La lucha sediciosa dentro del régimen militar culminó con el poder del general Viola en un lapso de 11 meses. El 11 de diciembre de 1981 abandonó el cargo por enfermedad, y asumió el general Leopoldo Galtieri, quien gobernó hasta junio de 1982. El último presidente militar fue el general Reinaldo Bignone, quien gobernó desde junio de 1982 hasta el 10 de diciembre de 1983. En septiembre de 1983, antes de entregar el poder, firmó una ley de autoamnistía que fue repudiada por la opinión pública y derogada por el gobierno democrático de Raúl Alfonsín. Por pensar distinto fueron perseguidos, secuestrados y aniquilados…”Los Desaparecidos”. Entre 1976 y 1980, pensar distinto podía costar la vida, tanto de quien pensaba distinto, como la de su entorno afectivo. Entre esos años miles de personas fueron asesinadas en las cárceles clandestinas que el régimen organizó en todo el país. Y aunque los jefes militares reconocían haber derrotado totalmente a las organizaciones guerrilleras, la represión contra la población civil no cesó. Algo curioso de destacar es que la Junta Militar a parte de imponer un sistema, también impuso su propio lenguaje. De este modo y para encubrir las acciones de secuestro, tortura y asesinato de ciudadanos, inventaron la figura de “Los desaparecidos”. Con este eufemismo sostuvieron que en lugar de víctimas había gente que desaparecía por propia voluntad. El propósito de los represores del 76´ era instituir una nueva legalidad, una nueva escala de valores y de normas sociales, una “vida nueva manera de vivir”, y con el respeto que merece la palabra vivir…  Los secuestros se realizaban generalmente a altas horas de la noche. Una patota entraba al domicilio de la persona señalada, se apoderaban del señalado, le vendaban los ojos, lo encapuchaba y lo torturaban delante de sus hijos, que después eran dejados con algún vecino, familiar o solos; en otras ocasiones eran llevados con sus padres a los centros clandestinos, para que después sean adoptados por algún represor. Luego, eran introducidos en vehículos. De allí se dirigían hacia alguno de los centros clandestinos. Y pasaban a ser miles de hombres, mujeres y niños de distintas edades y ocupaciones. Los represores secuestraban a quienes consideraban “subversivos” a: *Personas que ayudaban en las villas-miseria; Los que tenían como objetivo una mejora en los salarios; *Los miembros de alguno de los centros estudiantiles; *Periodistas que demostraban su desacuerdo con los represores con el régimen; *Los psicólogos y los sociólogos; *Las monjas y/o sacerdotes que llevaban sus enseñanzas a las villas-miserias *Los amigos de cualquiera de todas estas personas, los amigos de éstos amigos.. Los gritos aberrantes de dolor de “Los Desaparecidos” torturados quedaron grabados en los muros de la ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada), uno de los centros de tortura, recientemente declarado “Museo de la Memoria”. La ESMA fue testigo de los mas de 5.000 detenidos y desaparecidos.

El papel de las mujeres en la dictadura Durante la Dictadura hubo un sector de la sociedad que jugó y cumplió un rol importante en el proceso, las mujeres, mujeres madres y abuelas. En abril de 1977 un grupo de madres, que se conocieron buscando a sus hijos desaparecidos, decidió juntarse un día por semana en la Plaza de Mayo, para reclamar por el paradero de los mismos. Así nacieron las “Madres de Plaza de Mayo”, un símbolo de resistencia a la dictadura militar. Desde entonces y hasta hoy en día continúan exigiendo por sus hijos. Estas madres afianzaron su lucha y con el correr de los años lograron recuperar a muchos de los niños de los desaparecidos, que habían sido separados de sus familias. Una de las últimas medidas tomadas por el Gobierno Militar fue el de tratar de recuperar las Malvinas. Para ello, Se creó una Comisión de Trabajo Conjunto para realizar el planeamiento de la recuperación. Plan que fracasó y que tuvo como saldo y conclusión la muerte de más inocentes.

Justicia y democracia A partir de 1983 se restableció la democracia y a pesar de los intentos de algunos sectores de hacerla caer de la lucha y de la fuerza del pueblo depende que se mantenga en pie. Lentamente la Justicia se levanta, hace pocos días se conoció la inconstitucionalidad de algunos indultos a ex represores. Aunque a veces tarda, no perdamos las esperanza en que la Justicia llega. Por los desaparecidos, por los bebes robados, por los jóvenes que buscan la identidad que les robaron, por las madres y abuela que luchan por saber que fue de la vida de sus hijos y nietos, respiremos hondo, y sigamos luchando para que no se oculte la verdad y para reclamar la Justicia y el derecho a saber que tenemos.

Vanesa Carolina Romero

Fuente: *Ministerio de Educación de la Nación Subsecretaría de Coordinación Administrativa *www.territoriodigital.com

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